Validation of the TEMPS-A Buenos Aires: Spanish Psychometric Validation of Affective Temperaments in a Population Study of Argentina
Vazquez GH, Nasetta S, Akiskal HS y colaboradores
Journal of Affective Disorders 100(Supl. 1):23-29, 2007
Introducción y objetivos
El Temperament Evaluation of Memphis, Pisa, Paris and San Diego Autoquestionnaire (TEMPS-A) es una escala que incluye 5 dimensiones temperamentales: depresión, ciclotimia, hipertimia, irritabilidad y ansiedad validada en al menos 7 idiomas. Existen versiones en otros idiomas, incluso el español. El objetivo del presente estudio fue validar la última versión argentina del cuestionario.
Pacientes y métodos
La versión autoadministrada del TEMPS-A incluye 110 ítem que permiten evaluar rasgos afectivos, que están representados por 5 escalas asociadas con las dimensiones temperamentales ya mencionadas. El cuestionario original fue traducido al español hablado en la Argentina por un traductor profesional y, luego, fue traducido al inglés para que los autores efectúen las correcciones finales; de este modo, se publicó el TEMPS-A Buenos Aires. En el presente estudio se evaluaron las propiedades psicométricas del cuestionario.
Participaron 932 sujetos argentinos, sanos, de ambos sexos, con residencia en Buenos Aires, San Luis o La Plata y una media de edad de 35.96 ± 18.32 años. El 38.4% eran hombres, en tanto que el 61.6% era de sexo femenino. El 60% de los participantes era soltero. La mayoría había completado sus estudios secundarios, el 18% tenía nivel universitario, el 18% había completado el nivel primario y, por último, el 3% no había recibido educación formal.
La evaluación se llevó a cabo entre octubre y diciembre de 2005. Los participantes fueron contactados a partir de estudiantes de universidades de las ciudades mencionadas. Todos participaron de manera voluntaria y ninguno tenía antecedentes de enfermedad mental.
La coherencia interna se calculó mediante el coeficiente alfa de Cronbach. La contribución de los factores se calculó con el análisis de componentes principales mediante el método de rotación Varimax. Se fijó un coeficiente umbral de 0.3. La correlación entre los temperamentos se estimó mediante el coeficiente de correlación de Pearson.
Resultados
El coeficiente alfa de Cronbach para el temperamento depresivo, ciclotímico, hipertímico, irritable y ansioso fue 0.68, 0.81, 0.8, 0.8 y 0.81, respectivamente. Como resultado del análisis factorial se observaron 4 ítem psicométricamente débiles, con una contribución de factor inferior de 0.2, que fueron eliminados del TEMPS-A Buenos Aires; en cambio, los tópicos con contribución de factor de 0.3 o superior fueron conservados y aquellos con una contribución mayor o igual de 0.4 fueron incluidos en la versión clínica del TEMPS-A Buenos Aires.
En cuanto a las 5 subescalas de temperamento, la mayoría se correlacionó con cada una de las restantes. La correlación positiva más significativa se observó entre el temperamento irritable y el ciclotímico. En cambio, la correlación negativa más fuerte incluyó el temperamento depresivo e hipertímico. Asimismo, el temperamento depresivo se correlacionó de manera positiva con todos los demás temperamentos, en especial con el ansioso y el ciclotímico. No se detectó correlación alguna entre el temperamento ansioso e hipertímico.
De acuerdo con los resultados del análisis llevado a cabo para evaluar la estructura factorial de las subescalas, se detectaron 2 componentes principales: uno de ellos tuvo la mayor contribución factorial en la escala de hipertimia, mientras que el restante se correspondió con el resto de las subescalas. La significación factorial más baja se asoció con las escalas de depresión e irritabilidad.
También se determinó el puntaje medio y las desviaciones estándar para cada temperamento según el sexo del participante. Las mujeres mostraron puntajes significativamente más elevados respecto de los temperamentos ansioso y depresivo; en cambio, los hombres presentaron un puntaje sustancialmente superior con relación al temperamento irritable. No se detectaron diferencias significativas entre ambos sexos respecto de la frecuencia de temperamento ciclotímico. En cuanto a los puntajes de corte mayores de 2 desviaciones estándar, la prevalencia del temperamento dominante depresivo, ciclotímico, hipertímico, irritable y ansioso fue 3.4%, 2.1%, 0.2%, 4.5% y 3.1%. A pesar de la baja prevalencia de temperamento hipertímico, el 13% de los participantes se ubicó entre 1 y 2 desviaciones estándar positivas.
Discusión
De acuerdo con los hallazgos del presente estudio, el TEMPS-A Buenos Aires es similar a las versiones en idioma inglés, alemán, húngaro, japonés, libanés y turco. Se observó una fiabilidad y validez buena a excelente; es más, debieron excluirse muy pocos de los 110 ítem debido a debilidad psicométrica. En la versión clínica del TEMPS-A Buenos Aires se conservaron los tópicos con contribución mayor o igual de 0.4. Los resultados del análisis factorial exploratorio indicaron que el temperamento hipertímico es diferentes de los temperamentos ansioso, depresivo, ciclotímico e irritable; estos últimos 4 temperamentos se relacionarían con el alelo corto del transportador de serotonina. Asimismo, se observó una correlación significativa entre ellos, no así con el temperamento hipertímico.
Las correlaciones más elevadas se verificaron entre los temperamentos ansioso y depresivo, ansioso y ciclotímico y ciclotímico e irritable. Las diferencias de género observadas en el presente estudio también coincidieron con lo hallado en otras versiones del TEMPS-A. Las mujeres fueron más ansiosas y depresivas, en tanto que los hombres fueron más hipertímicos e irritables. El propósito del presente estudio no fue comparar los temperamentos predominantes en la población argentina con los de la población de otros países, aunque debe destacarse que la baja frecuencia de temperamento hipertímico observada en la población evaluada se compensó por la frecuencia elevada de sujetos con este temperamento ubicada entre 1 y 2 desviaciones estándar positivas. Esto coincide con los hallazgos correspondientes a la población italiana y libanesa.
Conclusión
La versión en español del TEMPS-A elaborada en Buenos Aires tiene propiedades psicométricas adecuadas.
Resumen objetivo elaborado por el
Comité de Redacción Científica de SIIC
en base al artículo original completo
publicado por la fuente editorial.
Sociedad Iberoamericana de Información Científica (SIIC)
lunes, 22 de febrero de 2010
domingo, 21 de febrero de 2010
EL ROL DEL LITIO EN EL TRATAMIENTO DEL TRASTORNO BIPOLAR.
The role of lithium in the treatment of bipolar disorder: convergent evidence for neurotrophic effects as a unifying hypothesis
MACHADOVIEIRA, R.; MANJI, H.K.; ZARATE, C.A.
Bipolar Disorders 2009, november
Abstract
Maximizar Lithium has been and continues to be the mainstay of bipolar disorder (BID) pharmacotherapy for acute mood episodes, switch prevention, prophylactic treatment, and suicide prevention. Lithium is also the definitive proof-of-concept agent in BID, although it has recently been studied in other psychoses as well as diverse neurodegenerative disorders. Its neurotrophic effects can be viewed as a unifying model to explain several integrated aspects of the pathophysiology of mood disorders and putative therapeutics for those disorders. Enhancing neuroprotection (which directly involves neurotrophic effects) is a therapeutic strategy intended to slow or halt the progression of neuronal loss, thus producing long-term benefits by favorably influencing outcome and preventing either the onset of disease or clinical decline.
The present article: (i) reviews what has been learned regarding lithium's neurotrophic effects since Cade's original studies with this compound; (ii) presents human data supporting the presence of cellular atrophy and death in BD as well as neurotrophic effects associated with lithium in human studies; (iii) describes key direct targets of lithium involved in these neurotrophic effects, including neurotrophins, glycogen synthase kinase 3 (GSK-3), and mitochondrial/endoplasmic reticulum key proteins; and (iv) discusses lithium's neurotrophic effects in models of apoptosis and excitotoxicity as well as its potential neurotrophic effects in models of neurological disorders. Taken together, the evidence reviewed here suggests that lithium's neurotrophic effects in BID are an example of an old molecule acting as a new proof-of-concept agent. Continued work to decipher lithium's molecular actions will likely lead to the development of not only improved therapeutics for BID, but to neurotrophic enhancers that could prove useful in the treatment of many other illnesses.
Bipolar Disord 2009: 11 (Suppl. 2): 92–109.
(C) 2009 John Wiley & Sons A/S
MACHADOVIEIRA, R.; MANJI, H.K.; ZARATE, C.A.
Bipolar Disorders 2009, november
Abstract
Maximizar Lithium has been and continues to be the mainstay of bipolar disorder (BID) pharmacotherapy for acute mood episodes, switch prevention, prophylactic treatment, and suicide prevention. Lithium is also the definitive proof-of-concept agent in BID, although it has recently been studied in other psychoses as well as diverse neurodegenerative disorders. Its neurotrophic effects can be viewed as a unifying model to explain several integrated aspects of the pathophysiology of mood disorders and putative therapeutics for those disorders. Enhancing neuroprotection (which directly involves neurotrophic effects) is a therapeutic strategy intended to slow or halt the progression of neuronal loss, thus producing long-term benefits by favorably influencing outcome and preventing either the onset of disease or clinical decline.
The present article: (i) reviews what has been learned regarding lithium's neurotrophic effects since Cade's original studies with this compound; (ii) presents human data supporting the presence of cellular atrophy and death in BD as well as neurotrophic effects associated with lithium in human studies; (iii) describes key direct targets of lithium involved in these neurotrophic effects, including neurotrophins, glycogen synthase kinase 3 (GSK-3), and mitochondrial/endoplasmic reticulum key proteins; and (iv) discusses lithium's neurotrophic effects in models of apoptosis and excitotoxicity as well as its potential neurotrophic effects in models of neurological disorders. Taken together, the evidence reviewed here suggests that lithium's neurotrophic effects in BID are an example of an old molecule acting as a new proof-of-concept agent. Continued work to decipher lithium's molecular actions will likely lead to the development of not only improved therapeutics for BID, but to neurotrophic enhancers that could prove useful in the treatment of many other illnesses.
Bipolar Disord 2009: 11 (Suppl. 2): 92–109.
(C) 2009 John Wiley & Sons A/S
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